Ser bombero implica, como dice el capitán Jaime Pérez, tener en mente cuatro palabras básicas: amor, disciplina, valor y admiración.

Amor por el semejante, disciplina para la labor, valor para enfrentar el miedo y el peligro y admiración por parte de toda una sociedad que ve en los bomberos un héroe sin capa. 

Es por eso que para rendir homenaje a cada bombero en Colombia este 11 de noviembre se cumple el Día Nacional del Bombero, que está a favor de cuidar a los demás en momentos en que se encuentran en peligro en medio de una emergencia.

Pérez, natural del corregimiento de Martillo, en el municipio de Ponedera, desde niño quiso ser bombero, lo que conlleva una gran responsabilidad. 

“Tengo 60 años y ya llevo 32 siendo bombero, sirviendo a la comunidad. Mi familia me enseñó a servir a la comunidad desde la oración, porque soy muy católico, y ahora sirvo también a todos ayudando cuando lo necesitan”, contó el Capitán a Zonacero.com.

Empezó laborando en la parte operativa. Enfrentándose frente a frente con el fuego. Desde joven asumió ese rol e incluso es testigo del resurgir del Cuerpo de Bomberos de Barranquilla.

“En 1989 teníamos muchos inconvenientes. No teníamos uniformes y eran los soldados cuando ya renovaban los suyos nos daban los viejos. Incluso las máquinas se quedaban sin gasolina. Recuerdo que una vez me tocó dejar el carnet en una estación de gasolina para que nos tanquearan la máquina”, recordó.

Pero eso es cosa del pasado.

El Capitán Pérez ha visto con sus ojos la transformación que han tenido los bomberos en Barranquilla. Hoy por hoy son los ‘pechichones’ porque nadie más que ellos son los que arriesgan sus propias vidas por salvar las de otros.

“Desde la primera administración de Alex Char en la Alcaldía las cosas empezaron a cambiar. Fue en ese entonces cuando asumí el puesto de comandante y después de tener 2 máquinas pasamos a tener 15. De 43 bomberos pasamos a 178 y de dos estaciones ahora tenemos cinco, una por cada localidad en Barranquilla”, precisó.

Los bomberos tuvieron un renovación total de sus máquinas, varias de ellas traídas de Estados Unidos y la máquina escalera, que se necesitaba con urgencia en la ciudad para poder atender emergencias en grandes edificios, fue traída desde Alemania.

Pérez, aunque ha estado la mayor parte de su vida profesional en la ciudad, no olvidó sus raíces y se enfocó en que los municipios en el Atlántico también tuvieran su propio Cuerpo de Bomberos.  Ayudó a que Sabanalarga, Soledad, Malambo, Puerto Colombia y Campo de la Cruz tuvieran sus propias máquinas. 

Salvar vidas es la prioridad

Los bomberos trabajan contra la muerte y la tragedia.

Es una guerra abierta contra los incendios, donde muchas veces se ganan batallas salvando vidas, pero otras se pierden cuando el fuego termina con una.

“Hay casos que nos han marcado y hemos quedado consternados. Recuerdo que en el 2008 hubo un incendio en un lugar donde guardaban las carretillas en la calle 38 con carrera 36 y en el fondo de este vivía un celador, su esposa y sus dos hijos. Todos murieron en el incendio y cuando se revisó el lugar el papá fue encontrado todo quemado con su pequeña hija de apenas un mes de nacida en sus brazos. Estaba en una posición como si hubiera intentado proteger a su pequeña del fuego”, recordó el Capitán.

Otro caso que ha marcado en sus 32 años de servicio al capitán Pérez fue el ocurrido en enero de 2011 en el parque de Villa Paraíso, en la calle 85 entre carreras 74 y 75, en el norte de Barranquilla, donde cuatro hermanos de 17, 19, 15 y 3 años murieron tras un voraz incendio que consumió su humilde vivienda de madera, que fue construida de manera improvisada.

A eso se enfrenta cada bombero cuando atiende un incendio. Hay que saber manejar con cabeza fría una emergencia y saber soportar estos momentos difíciles. 

Más inversión para los bomberos

El capitán Pérez precisó que se tiene proyectado, a través de la Alcaldía de Barranquilla, entregar 178 equipos de protección para cada uno de los bomberos que integran el equipo. 

Además, hay un proyecto para que exista una nueva estación que además de atender emergencias en tierra pueda hacerlo sobre el agua, en especial en el río Magdalena. 

“Presenté una propuesta de la creación de la estación del Malecón,  donde haya un bote de combate de incendio para atender emergencia de derrame de un barco, rescate acuático y un personal especializado en atención de emergencia en el río  y a su vez en la isla Salamanca”, puntualizó.

Los bomberos han sido los héroes que nunca mueren porque de generación en generación siempre habrá alguien que esté dispuesto a combatir los incendios y a salvar vidas.